Rímel: una historia fabulosa de este cosmético icónico
La entrada de hoy va a ser un poco de cuento.
Deja que te cuente una historia del cosmético de belleza más deseado e innovador que, sin duda, no solo define la belleza de la mujer sino que también satisface la vanidad.
Nunca olvidaré el momento en que me apliqué un rímel por primera vez. Sentí el poder. Básicamente, ¡no se trataba de sentirlo per se, sino más bien de creer que realmente tenía el poder! Desde ese momento, he estado eligiendo una máscara muy a conciencia y con cuidado.
Resulta que la historia del rímel es interesante y larga, llega a los tiempos antiguos.
Érase una vez (alrededor de 4000 aC) las mujeres llegaron a la conclusión de que las relaciones entre hombres y mujeres comienzan no con la primera palabra pronunciada sino con la mirada. De hecho, puede decir muuuucho más que las palabras, y apuesto a que todas sabéis de lo que estoy hablando 😉 Para definir sus activos, las mujeres egipcias se oscurecían las pestañas con agua, carbón y … espera… espera… hmmm… excremento de cocodrilo. Espero que ningún cocodrilo sufriera debido al proceso de obtención de esta preciosa sustancia 😀
El carbón en polvo mezclado con agua fue el rey de las pestañas de las mujeres durante muchos siglos. Estos dos ingredientes también sirvieron a Eugene Rimmel para crear el primer rímel oficial. La versión original de un rímel era prensada (puedo compararlo con las sombras de ojos, por ejemplo) y venía con un pincel pequeño. Para cubrir las pestañas con el rímel, tenías que mezclarlo con agua. Se dice que algunas mujeres no tenían tiempo de ‘jugar’ con este invento innovador de Rimmel y simplemente mezclaban la máscara con su saliva. Además, Maybelline, que había sido reconocida durante mucho tiempo, no se quedó atrás. La marca de cosméticos creó un producto más o menos similar al mismo tiempo que Rimmel. JT Williams sabía que a su hermana Maybel le gustaba alguien, un amor no correspondido, quería aliviar su angustia y creó una mezcla de carbón y vaselina. Le pidió a su hermana que se aplicara la mezcla en las pestañas. Maybel también sintió el poder e hizo que el joven se enamorara de ella. Pronto Williams creó una empresa de cosméticos cuya firma fue la combinación de dos palabras: Mabel y Vaselina.
Dado que tanto Rimmel como Maybelline estaban lanzando versiones prensadas de sus máscaras, hubo otro avance que ha de ser imputado a Helena Rubinstein, quien en 1957 metió un rímel en un pequeño tubo que contaba con un pincel. Adiós a escupir en el rímel 😉 Por otra parte, Revlon también contribuyó al avance en el rímel, ya que la marca comenzó a lanzar máscaras de color en los años 60. En la era de la gente de las flores, este producto robó los corazones de las mujeres rápidamente. Por otro lado, el rímel también tiene su lado oscuro. En los años 30 en los Estados Unidos hubo se extendió el chisme de que las mujeres se quedaban ciegas después de usar el rímel Lash Lure. También hubo un caso fatal reportado. Afortunadamente, el producto se retiró rápidamente y no se volvió a introducir en el mercado.
Al final de esta historia, te voy a sorprender con la información de que cada mujer usa más o menos 260 tubos de máscara durante toda su vida.